“La vida se encoge o se expande de acuerdo a nuestra propia valentía.”— Anais Nin
Desafiante, se negó a cederle su asiento en un autobús a un hombre blanco que lo exigía. El cansancio y la fatiga que tenía después de una larga jornada de trabajo como costurera en una tienda por departamentos fueron determinantes al momento de rehusarse a ponerse de pie. Con este simple gesto, Rosa Parks sacudió los cimientos de la sociedad americana, que aunque proclamaba en su Constitución la igualdad para todos, segregaba por razones de color a sus ciudadanos.
Eran los años 50 y en el sur de Estados Unidos todo estaba marcado “Sólo para Blancos” o “Sólo para Negros”. Rosa Parks creció en ese entorno; asistió a una escuela privada liberal “sólo para negros” en donde escuchaba a miembros del Ku Klux Klan durante sus asaltos nocturnos. Temía que la casa de su familia fuera la próxima que amaneciera hecha cenizas.
Ya en su adultez comenzó su resistencia silente. Dejó de utilizar los ascensores para negros y prefería subir las escaleras. Caminaba del trabajo a su casa a menos que estuviera demasiado agotada, porque la segregación en los autobuses la irritaba -como a cientos de ciudadanos negros que eran tratados de segunda categoría- y ayudaba a los negros a pasar las pruebas que les requerían para poder inscribirse para votar.
La noche del 1 de diciembre de 1955 Parks se encontraba particularmente cansada. Tomó el autobús y se sentó en las filas centrales. Finalmente descansaría sus pies. Las leyes de Montgomery, Alabama, exigían que las primeras cuatro filas estuvieran reservadas para pasajeros blancos y que los negros utilizaran las filas de atrás o la llamada “cocina”. El precio, sin embargo, era igual para todos. En esa ocasión la sección para blancos estaba toda ocupada y el conductor del autobús le exigió su asiento para un pasajero blanco. Rosa Parks se rehusó. Momentos después sería arrestada por la Policía, fichada y encarcelada. “Sabía que alguien tendría que dar el primer paso y me preparé para no moverme”, comentó después Parks.
Este incidente desencadenó la lucha por los derechos de los negros en Estados Unidos.
Rosa Parks frente all autobús |
La proyección publica no fue fácil para Parks y su familia. Constantemente recibía amenazas telefónicas que afectaron a su esposo. Se mudó a Detroit donde continuó su labor a favor de la comunidad negra. No obstante, Parks aseguró -cuando celebró su cumpleaños número 77- que “me gustaría ser conocida como una persona que se preocupa por la libertad e igualdad, justicia y prosperidad de todas las personas”. Indudablemente Rosa Parks siempre será recordada como la “Madre de los Derechos Civiles”.
Por: Ana Ivelisse Feliciano, periodista
Este artículo fue publicado originalmente el 1 de marzo de 2005 en el periódico El Nuevo Día.