Cuando a Susan B Anthony le negaron, por ser mujer, el derecho a hablar en una convención prohibicionista celebrada en Albany, Massachussets en el 1853, le encendieron la llama que la llevaría por los próximos cincuenta años a luchar fervorosamente por la igualdad de la mujer.
Abolicionista, educadora, prohibicionista, organizadora de trabajadoras, sufragista y cabildera pro derechos de la mujer, Susan B Anthony, mejor conocida como La Campeona de los Derechos de la Mujer, entendió mejor que ninguna otra mujer de su época que los impedimentos que enfrentaban las mujeres se debía a que carecían del derecho al voto.
Susan B. Anthony nació en 1820 en el seno de una familia cuáquera con una larga tradición como activistas políticos que, entre otras causas, luchaba contra la esclavitud. Cuando su familia se mudó de Massachussets a Nueva York, su hogar se convirtió en el lugar de reunión de la facción cuáquera abolicionista. Se inició como agente de la Sociedad Americana Anti Esclavitud, en la cual preparaba discursos, pegaba pasquines por la ciudad, coordinaba reuniones y distribuía hojas sueltas a favor de los negros esclavos. Su activismo fue tal que no faltaron las burlas, los ataques armados y hasta su imagen fue arrastrada por las calles en desprecio a su activismo político.
A los 26 años, Anthony asumió el cargo de directora del departamento de niñas de la Canajoharie Academy por el mísero salario de $110.00 anuales. Inmediatamente comenzó su campaña para mejorar las condiciones de estudio y las posibilidades de progreso de las niñas del colegio. En las reuniones con los padres y en las convenciones de educación Anthony no perdía la oportunidad de exigir que las mujeres fueran admitidas a las universidades, que se igualaran sus condiciones de estudio sin importar la raza o el color y que las maestras recibieran mejores salarios. En el 1890 logró recaudar los 50 mil dólares que le requirió la Universidad de Rochester para admitir mujeres. En el 1900 vio su esfuerzo rendir frutos, cuando a último momento, le cedió a la institución el valor en efectivo de su seguro de vida para que las mujeres fueran aceptadas en la institución.
Mientras trabajaba como directora de escuela, Anthony se unió a las Hijas del Prohibicionismo, una organización que educaba sobre los efectos devastadores que tenía el alcohol en las familias. No sólo fue presidenta de la organización sino que también recaudaba dinero para apoyar su causa. Fue en la asamblea de los Hijos del Prohibicionismo, la contraparte masculina de la organización, celebrada en el 1853 cuando, por ser mujer, no le permitieron ofrecer un discurso. El malestar que le provocó su exclusión la llevó a organizar junto a la sufragista Elizabeth Cady Stanton la primera convención pro derechos de la mujer en la cual 300 mujeres suscribieron la “Declaración de Sentimientos” que exigía igualdad para las mujeres en los aspectos sociales, religiosos, económicos y morales.
Su temperamento era tal que en 1872 votó ilegalmente. Por su desafío fue arrestada y enjuiciada. Después de meses de juicio y de estratégicamente ofrecer discursos en todo el distrito, que obviamente influenciaban a los posibles jurados, Anthony fue sentenciada a pagar una multa de mil dólares. Con firmeza, Anthony le indicó al juez Ward Hunt “Que esto (la sentencia) complazca a su señoría. Nunca pagaré un centavo por este castigo injusto. Todo lo que poseo es una deuda de 10,000 dólares incurrida para publicar durante cuatro años mi periódico El Revolucionario, cuyo único objetivo era educar a las mujeres a hacer precisamente lo que yo he hecho, rebelarse contra leyes hechas por el hombre...la resistencia ante la tiranía es la obediencia a Dios”. Esta férrea mujer cumplió su palabra: nunca pagó.
Su activismo la llevó a organizar uniones de mujeres en diferentes fábricas, ofrecer discursos, escribir en el 1902 junto a otras dos sufragistas el libro Historia del Sufragio de la Mujer, lograr que las mujeres casadas pudieran tener propiedad, su propio salario y la custodia de sus niños, que las mujeres fueran aceptadas en la universidad y a luchar contra la prostitución por considerar que ésta era consecuencia de la inequidad en el matrimonio. Por su compromiso se presentó, consecuentemente, ante todos los Congresos desde 1869 hasta el 1906 exigiendo que se enmendara la Constitución de los Estados Unidos para permitirle el voto a la mujer.
Luchadora incansable, Susan B Anthony nunca logró votar. Murió el 13 de marzo de 1906 a los 86 años en Rochester. Catorce años después de su muerte las mujeres americanas depositarían por primera vez su voto en las urnas.
XXX
24.9.06
12.9.06
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La avispa cumple 60 años
Se ven por todas partes desde que el precio de la gasolina subió para nunca más bajar. Ahora, como en el 1946, son prácticas, económicas y atractivas. Tanta es su popularidad que hasta la legislatura de Puerto Rico ha planteado la posibilidad de enmendar la Ley de Vehículos de Motor para reglamentar, en alguna medida, su uso. Es la Vespa que cumple 60 años.
Desde su lanzamiento en 1946, se han vendido más de 17 millones de unidades vendidas en los cinco continentes y tiene 140 modelos diferentes. Para celebrar este 60 aniversario, el departamento de diseño del Grupo Piaggio ha desarrollado dos prototipos, la Vespa GT-60 y la Vespa LX-60, ambos como una reinterpretación del diseño clásico de la firma italiana, en particular del de los años 50 y 60.
Vespa nació al terminar la II Guerra Mundial, cuando Enrico Piaggio se hizo con las riendas del negocio de su padre y se dedicó a buscar nuevas ideas para producir máquinas cómodas, de fácil manejo y, sobre todo, económicas, que se adaptasen a las carencias de la época.
El primer modelo que se desarrolló fue el prototipo MP5, conocido popularmente como "Paperino", por su parecido con el Pato Donald, que no tuvo excesivo éxito debido a una serie de problemas mecánicos. Tras este fracaso, Piaggio encargó a Corradino D'Ascanio, un ingeniero aeronáutico de reconocido prestigio, que modificase el diseño del MP5 y éste desarrolló el MP6, nombre en clave de la primera Vespa, "avispa".
El ingeniero trató de dotar al MP6 de todos aquellos aspectos de los que, en su opinión, carecían las motocicletas de la época, por lo que en él primaron cuestiones como la comodidad, la funcionalidad, la sencillez y la facilidad en la conducción.
A la hora de diseñar esta primera Vespa, D'Ascanio se basó en la tecnología aeronáutica, y adaptó numerosos elementos utilizados en la aviación para su uso sobre asfalto. Entre estas innovaciones conceptuales destacaron la incorporación de un chasis monocasco y autoportante de acero, cuya forma protegía al conductor de la suciedad de las carreteras, y permitía la utilización de la Vespa tanto a hombres como a mujeres, y el diseño de un motor completamente cubierto, refrigerado por aire y con un novedoso sistema de transmisión directa a la rueda trasera.
Asimismo, destacó su suspensión delantera, de tipo monobrazo, que se asemejaba a la del tren de aterrizaje de los aviones, lo que permitía un fácil cambio de rueda. El cambio de marchas de este modelo estaba en el puño izquierdo del manillar e incluía el embrague y el selector, no como en los modelos tradicionales en los que el cambio estaba en el pié y el embrague en la maneta. Otra de las novedosas incorporaciones de la Vespa fue la rueda de repuesto alojada en uno de los laterales y atornillada a la carrocería, para que cualquier usuario sin grandes conocimientos de mecánica pudiese cambiarla en caso de pinchazo.
El éxito de la Vespa, desde su presentación en sociedad en el Círculo de Golf de Roma, fue rotundo y las cifras de producción y ventas se multiplicaron tras venderse en 1946 las 2.464 unidades que se habían producido. Al año siguiente, las unidades se incrementaron a 10.535, un año más tarde a 19.822 y en 1951 a 171.200 unidades. Tras este éxito inicial, la producción se extendió a Alemania, donde comenzó a fabricarse en 1950 de la mano de Hoffmann-Werke, a Reino Unido, a la planta de Douglas en Bristol, donde comenzó a producirse un año más tarde y a Francia, tras la alianza de la marca italiana con ACMA de París.
Desde su creación, la Vespa ha sufrido numerosas modificaciones tanto en su diseño como mecánicas por su adaptación a la moda y a las novedades tecnológicas de cada época, hasta convertirse en un mito, el de ser el primer scooter del mercado. Otros modelos que hicieron historia fueron la Vespa 125, fabricada en 1953, que marcó el primer cambio importante en el motor o la Vespa 150 GS, del año 1955, que fue la primera en alcanzar los 100 km/h., gracias, en parte, a una carrocería mucho más aerodinámica. Asimismo, destacaron la Vespa 180 SS, fabricada en 1965 y que marcó una nueva fecha histórica en el desarrollo de los motores cuya potencia creció hasta los 10 CV y la Vespa 50 Elestart, de 1970 con la que se abandonó el clásico arranque con el pie por un práctico arranque eléctrico.
Desde su lanzamiento en 1946, se han vendido más de 17 millones de unidades vendidas en los cinco continentes y tiene 140 modelos diferentes. Para celebrar este 60 aniversario, el departamento de diseño del Grupo Piaggio ha desarrollado dos prototipos, la Vespa GT-60 y la Vespa LX-60, ambos como una reinterpretación del diseño clásico de la firma italiana, en particular del de los años 50 y 60.
Vespa nació al terminar la II Guerra Mundial, cuando Enrico Piaggio se hizo con las riendas del negocio de su padre y se dedicó a buscar nuevas ideas para producir máquinas cómodas, de fácil manejo y, sobre todo, económicas, que se adaptasen a las carencias de la época.
El primer modelo que se desarrolló fue el prototipo MP5, conocido popularmente como "Paperino", por su parecido con el Pato Donald, que no tuvo excesivo éxito debido a una serie de problemas mecánicos. Tras este fracaso, Piaggio encargó a Corradino D'Ascanio, un ingeniero aeronáutico de reconocido prestigio, que modificase el diseño del MP5 y éste desarrolló el MP6, nombre en clave de la primera Vespa, "avispa".
El ingeniero trató de dotar al MP6 de todos aquellos aspectos de los que, en su opinión, carecían las motocicletas de la época, por lo que en él primaron cuestiones como la comodidad, la funcionalidad, la sencillez y la facilidad en la conducción.
A la hora de diseñar esta primera Vespa, D'Ascanio se basó en la tecnología aeronáutica, y adaptó numerosos elementos utilizados en la aviación para su uso sobre asfalto. Entre estas innovaciones conceptuales destacaron la incorporación de un chasis monocasco y autoportante de acero, cuya forma protegía al conductor de la suciedad de las carreteras, y permitía la utilización de la Vespa tanto a hombres como a mujeres, y el diseño de un motor completamente cubierto, refrigerado por aire y con un novedoso sistema de transmisión directa a la rueda trasera.
Asimismo, destacó su suspensión delantera, de tipo monobrazo, que se asemejaba a la del tren de aterrizaje de los aviones, lo que permitía un fácil cambio de rueda. El cambio de marchas de este modelo estaba en el puño izquierdo del manillar e incluía el embrague y el selector, no como en los modelos tradicionales en los que el cambio estaba en el pié y el embrague en la maneta. Otra de las novedosas incorporaciones de la Vespa fue la rueda de repuesto alojada en uno de los laterales y atornillada a la carrocería, para que cualquier usuario sin grandes conocimientos de mecánica pudiese cambiarla en caso de pinchazo.
El éxito de la Vespa, desde su presentación en sociedad en el Círculo de Golf de Roma, fue rotundo y las cifras de producción y ventas se multiplicaron tras venderse en 1946 las 2.464 unidades que se habían producido. Al año siguiente, las unidades se incrementaron a 10.535, un año más tarde a 19.822 y en 1951 a 171.200 unidades. Tras este éxito inicial, la producción se extendió a Alemania, donde comenzó a fabricarse en 1950 de la mano de Hoffmann-Werke, a Reino Unido, a la planta de Douglas en Bristol, donde comenzó a producirse un año más tarde y a Francia, tras la alianza de la marca italiana con ACMA de París.
Desde su creación, la Vespa ha sufrido numerosas modificaciones tanto en su diseño como mecánicas por su adaptación a la moda y a las novedades tecnológicas de cada época, hasta convertirse en un mito, el de ser el primer scooter del mercado. Otros modelos que hicieron historia fueron la Vespa 125, fabricada en 1953, que marcó el primer cambio importante en el motor o la Vespa 150 GS, del año 1955, que fue la primera en alcanzar los 100 km/h., gracias, en parte, a una carrocería mucho más aerodinámica. Asimismo, destacaron la Vespa 180 SS, fabricada en 1965 y que marcó una nueva fecha histórica en el desarrollo de los motores cuya potencia creció hasta los 10 CV y la Vespa 50 Elestart, de 1970 con la que se abandonó el clásico arranque con el pie por un práctico arranque eléctrico.
3.9.06
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TENDENCIAS: Los libros llegan a los celulares
La empresa suiza Bolikur lanzó recientemente al mercado el servicio de libros en audio para escuchar en los teléfonos celulares. Para accesar los libros disponibles, los usuarios deberán instalar en sus móbiles un programa Java que funciona en sobre 40 marcas de celulares con bases tecnológicas diversas. Para "agarrar" a los consumidores, Bolikur les permite escuchar hasta dos minutos del libro antes de que el cliente decida guardarlo.
La empresa ofrece los libros en cinco partes, cada una con un precio de alrededor de $4.00 USD y de entre quince y ciento cincuenta minutos de duración y los cargos por el libro aparecerán en la factura normal del teléfono.
Hasta el momento la empresa ofrece libros de ficción general, literatura infantil, negocios e idiomas.
Mientras tanto en Japón, las compañías de telefonía están ofreciendo libros como mensajes de texto. En un país inundado por teléfonos celulares el terreno es fértil para experiementar nuevas tecnologías al servicio de la industria editorial. Y eso fue lo que probó el escritor Yoshi, quien enamoró a las adolescentes japonesas con entregas por email de su novela Deep Love.
Tras el abrumador éxito de la obra (que posteriormente fue impresa en papel y próximamente será llevada al cine) las editoriales comenzaron a crear websites exclusivamente para acceder a obras con entregas a demanda en los telefonos celulares.
Las compañías de teléfonos celulares ofrecen el servicio por una cuota fija mensual o, en otros casos, por mensajes recibidos.
La empresa suiza Bolikur lanzó recientemente al mercado el servicio de libros en audio para escuchar en los teléfonos celulares. Para accesar los libros disponibles, los usuarios deberán instalar en sus móbiles un programa Java que funciona en sobre 40 marcas de celulares con bases tecnológicas diversas. Para "agarrar" a los consumidores, Bolikur les permite escuchar hasta dos minutos del libro antes de que el cliente decida guardarlo.
La empresa ofrece los libros en cinco partes, cada una con un precio de alrededor de $4.00 USD y de entre quince y ciento cincuenta minutos de duración y los cargos por el libro aparecerán en la factura normal del teléfono.
Hasta el momento la empresa ofrece libros de ficción general, literatura infantil, negocios e idiomas.
Mientras tanto en Japón, las compañías de telefonía están ofreciendo libros como mensajes de texto. En un país inundado por teléfonos celulares el terreno es fértil para experiementar nuevas tecnologías al servicio de la industria editorial. Y eso fue lo que probó el escritor Yoshi, quien enamoró a las adolescentes japonesas con entregas por email de su novela Deep Love.
Tras el abrumador éxito de la obra (que posteriormente fue impresa en papel y próximamente será llevada al cine) las editoriales comenzaron a crear websites exclusivamente para acceder a obras con entregas a demanda en los telefonos celulares.
Las compañías de teléfonos celulares ofrecen el servicio por una cuota fija mensual o, en otros casos, por mensajes recibidos.
2.9.06
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Un poeta del naming
Eufonía y pronunciabilidad son cualidades que se ponen en juego tanto en la poesía como a la hora de bautizar a una criatura comercial. Dícese de la actividad de encontrar los nombres adecuados para las empresas y marcas. Fernando Beltrán, autor de varios libros y ganador de algunos premios literarios, detectó en la década del ’80 que este métier no estaba profesionalizado y se convirtió en consultor en la especialidad. A él se le debe, entre otras muchas, la designación de la compañía celular Amena.
Éste será, como dicen, el siglo de la imagen, pero la inmensa mayoría de nosotros se comunica con palabras, cuyo número crece constantemente no sólo por las cambiantes necesidades de las sociedades y de los medios masivos, sino también por las propias de cada actividad.
“Naming”, término que responde a la necesidad de buscar nombres a empresas y marcas, sobre todo desde que los mercados se han vuelto globales y muy competitivos, es motivo de intensas y costosas indagaciones por parte de hombres de marketing, publicitarios, investigadores, comunicólogos, semiólogos y sociólogos. Nadie había pensado en convocar a un poeta, hasta que una firma española en problemas llamó a Fernando Beltrán. Según una nota de página publicada en El País de Madrid, Beltrán, de 50 años, autor de varios libros traducidos al francés y ganador de algunos premios literarios importantes, debió intentar varios trabajos (administrativo, periodista, actor y guionista de cine) para poder sobrevivir. Finalmente ingresó como empleado en una agencia de publicidad.
En este su último destino, descubrió que los nombres de empresas y marcas eran muy importantes, pero que (hacia el final de los años ‘80, y en su país) no se les dedicaba el tiempo, esfuerzo y dinero que merecían. Tomó entonces la decisión de dedicarse a prestar ese servicio. Sus amigos le dijeron que, si se trataba de morirse de hambre, mejor hacerlo en lo que a uno le gusta, pero no lograron disuadirlo.
Su primer cliente fue un llamado Parque Biológico de Madrid que no andaba nada bien. Lo visitó y se sorprendió; era un espacio “lleno de mariposas, con un Polo Norte en miniatura, pingüinos de verdad y una miniselva con monos”. Lo rebautizó Faunia y el negocio comenzó a prosperar.
Los pioneros del naming
Pese a que el gurú Daniel Reibstein, de la Wharton School, sostiene que “el nombre es lo de menos”, su elección plantea arduos problemas a empresas y marcas, cuya preocupación inicial es diferenciarse. Hoy suelen resolverse científicamente, mediante la intervención de especialistas que trabajan con morfemas, unidades semánticas creadas, mezcladas y testeadas con la ayuda de la fantástica capacidad de memoria, y rapidez, de las computadoras.
Joan Costa, que en sus cientos de programas de comunicación elaborados para grandes firmas de Europa y América tuvo que bautizar a muchas criaturas comerciales, resume los requisitos a tener en cuenta de esta manera:
De todos modos, sorprende comprobar cómo, más de cien años atrás, algunos emprendedores visionarios intuyeron estas exigencias, incluso la circulación global de sus productos recién nacidos; y buscaron, valiéndose únicamente de su intuición y sentido común, nombres que continúan vigentes pese al tiempo trascurrido. George Eastman, por ejemplo, quiso para su cámara uno que fuera corto y fácil de decir en muchos idiomas. Surgió así el de Kodak. El mismo acierto distinguió a los inventores de Coca, Pepsi, Michelin, Ford y tantos otros nombres que hoy siguen presentes en las góndolas y en medios de difusión que sus padres ni siquiera pudieron llegar a imaginar, como la televisión.
Beltrán se parece más a estos intuitivos nombradores que a los científicos que dominan el naming moderno. La poesía, es verdad, tiene algunos aspectos comunes con la nueva ciencia. Cuida la eufonía, la pronunciabilidad y desde Edgar Allan Poe para acá, también el impacto. El escritor norteamericano, creador de la moderna novela policial, señaló en un ensayo titulado El arte de la composición que, para redactar su consagratorio poema El cuervo (1845), tuvo en cuenta, en primer término, el impacto que deseaba lograr en los lectores. En este aspecto fue un adelantado de la publicidad moderna.
Beltrán abrió su consultora, “El nombre de las cosas”, hace tres lustros. Empezó como una modestísima firma unipersonal; el fundador evitaba mencionar su experiencia poética y, por las dudas, y debido a la precariedad de su domicilio, se reunía con sus clientes en el hall de un hotel. Resistió de este modo, heroicamente, hasta que una empresa telefónica lo llamó para bautizar a su división móviles. Le puso Amena; el nombre pegó, y los ingresos le permitieron dejar su cueva y tomar una secretaria.
Hoy los isólogos de sus clientes cubren una de las paredes de su despacho. Una de las razones de su éxito son los honorarios. En un mercado que mueve miles de millones de dólares en todo el mundo, y la remuneración de los asesores guarda alguna proporción con las potenciales ventas del producto o servicio en cuestión, los precios de Beltrán van de desde la módica base de 1.000 euros hasta un razonable tope de 12.000. Pero depende mucho del cliente, porque se ufana de ser su propio jefe, hacer lo que quiere, y hasta darse el lujo de regalar nombres a amigos y entidades de bien público.
Por lo que uno se pregunta si lo más notable es que un poeta se haya adaptado a la mucho más prosaica comunicación empresarial, o lo es el hecho de que Beltrán, con una política comercial tan independiente y desprendida, siga vivito y coleando en un mercado tan competitivo como el de la consultoría.
Fuente: Adlatina
Éste será, como dicen, el siglo de la imagen, pero la inmensa mayoría de nosotros se comunica con palabras, cuyo número crece constantemente no sólo por las cambiantes necesidades de las sociedades y de los medios masivos, sino también por las propias de cada actividad.
“Naming”, término que responde a la necesidad de buscar nombres a empresas y marcas, sobre todo desde que los mercados se han vuelto globales y muy competitivos, es motivo de intensas y costosas indagaciones por parte de hombres de marketing, publicitarios, investigadores, comunicólogos, semiólogos y sociólogos. Nadie había pensado en convocar a un poeta, hasta que una firma española en problemas llamó a Fernando Beltrán. Según una nota de página publicada en El País de Madrid, Beltrán, de 50 años, autor de varios libros traducidos al francés y ganador de algunos premios literarios importantes, debió intentar varios trabajos (administrativo, periodista, actor y guionista de cine) para poder sobrevivir. Finalmente ingresó como empleado en una agencia de publicidad.
En este su último destino, descubrió que los nombres de empresas y marcas eran muy importantes, pero que (hacia el final de los años ‘80, y en su país) no se les dedicaba el tiempo, esfuerzo y dinero que merecían. Tomó entonces la decisión de dedicarse a prestar ese servicio. Sus amigos le dijeron que, si se trataba de morirse de hambre, mejor hacerlo en lo que a uno le gusta, pero no lograron disuadirlo.
Su primer cliente fue un llamado Parque Biológico de Madrid que no andaba nada bien. Lo visitó y se sorprendió; era un espacio “lleno de mariposas, con un Polo Norte en miniatura, pingüinos de verdad y una miniselva con monos”. Lo rebautizó Faunia y el negocio comenzó a prosperar.
Los pioneros del naming
Pese a que el gurú Daniel Reibstein, de la Wharton School, sostiene que “el nombre es lo de menos”, su elección plantea arduos problemas a empresas y marcas, cuya preocupación inicial es diferenciarse. Hoy suelen resolverse científicamente, mediante la intervención de especialistas que trabajan con morfemas, unidades semánticas creadas, mezcladas y testeadas con la ayuda de la fantástica capacidad de memoria, y rapidez, de las computadoras.
Joan Costa, que en sus cientos de programas de comunicación elaborados para grandes firmas de Europa y América tuvo que bautizar a muchas criaturas comerciales, resume los requisitos a tener en cuenta de esta manera:
-Brevedad -Eufonía -Pronunciabilidad -Recordación -Sugestión
De todos modos, sorprende comprobar cómo, más de cien años atrás, algunos emprendedores visionarios intuyeron estas exigencias, incluso la circulación global de sus productos recién nacidos; y buscaron, valiéndose únicamente de su intuición y sentido común, nombres que continúan vigentes pese al tiempo trascurrido. George Eastman, por ejemplo, quiso para su cámara uno que fuera corto y fácil de decir en muchos idiomas. Surgió así el de Kodak. El mismo acierto distinguió a los inventores de Coca, Pepsi, Michelin, Ford y tantos otros nombres que hoy siguen presentes en las góndolas y en medios de difusión que sus padres ni siquiera pudieron llegar a imaginar, como la televisión.
Beltrán se parece más a estos intuitivos nombradores que a los científicos que dominan el naming moderno. La poesía, es verdad, tiene algunos aspectos comunes con la nueva ciencia. Cuida la eufonía, la pronunciabilidad y desde Edgar Allan Poe para acá, también el impacto. El escritor norteamericano, creador de la moderna novela policial, señaló en un ensayo titulado El arte de la composición que, para redactar su consagratorio poema El cuervo (1845), tuvo en cuenta, en primer término, el impacto que deseaba lograr en los lectores. En este aspecto fue un adelantado de la publicidad moderna.
Beltrán abrió su consultora, “El nombre de las cosas”, hace tres lustros. Empezó como una modestísima firma unipersonal; el fundador evitaba mencionar su experiencia poética y, por las dudas, y debido a la precariedad de su domicilio, se reunía con sus clientes en el hall de un hotel. Resistió de este modo, heroicamente, hasta que una empresa telefónica lo llamó para bautizar a su división móviles. Le puso Amena; el nombre pegó, y los ingresos le permitieron dejar su cueva y tomar una secretaria.
Hoy los isólogos de sus clientes cubren una de las paredes de su despacho. Una de las razones de su éxito son los honorarios. En un mercado que mueve miles de millones de dólares en todo el mundo, y la remuneración de los asesores guarda alguna proporción con las potenciales ventas del producto o servicio en cuestión, los precios de Beltrán van de desde la módica base de 1.000 euros hasta un razonable tope de 12.000. Pero depende mucho del cliente, porque se ufana de ser su propio jefe, hacer lo que quiere, y hasta darse el lujo de regalar nombres a amigos y entidades de bien público.
Por lo que uno se pregunta si lo más notable es que un poeta se haya adaptado a la mucho más prosaica comunicación empresarial, o lo es el hecho de que Beltrán, con una política comercial tan independiente y desprendida, siga vivito y coleando en un mercado tan competitivo como el de la consultoría.
Fuente: Adlatina
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Un listado comprensivo de los títulos que más han influenciado la historia del mundo, desde filosofía hasta ciencia y desde ficción hasta religión . La lista para una prolongada asignación.
Un listado de los libros que debemos leer en el transcurso de nuestra vida
"When I get a little money I buy books; and if any is left I buy food and clothes." - Erasmus
Un listado comprensivo de los títulos que más han influenciado la historia del mundo, desde filosofía hasta ciencia y desde ficción hasta religión . La lista para una prolongada asignación.
- I Ching
- El Viejo Testamento
- La Iliada y La Odisea, Homero
- The Upanishads
- The Way and Its Power, Lao-tzu
- The Avesta
- Analects, Confucio
- Historia de la guerra del Peloponeso, Thucydides
- Trabajos, Hipocrates
- Trabajos, Aristóteles
- Historia, Herodoto
- La República, Platón
- Elementos, Euclides
- The Dhammapada
- La Eneida, Virgilio
- En la naturaleza de la realidad, Lucretius
- Allegorical Expositions of the Holy Laws, Philo of Alexandria
- El Nuevo Testamento
- Lives, Plutarch
- Annals, from the Death of the Divine Augustus, Cornelius Tacitus
- El Evangelio de la Verdad
- Meditations, Marcus Aurelius
- Outlines of Pyrrhonism, Sextus Empiricus
- Enneads, Plotinus
- Confessions, Augustine of Hippo
- El Corán
- Guide for the Perplexed, Moses Maimonides
- El Kabbalah
- Suma Teológica, Santo Tomás de Aquino
- La Divina Comedia, Dante Alighieri
- In Praise of Folly, Desiderius Erasmus
- El Príncipe Niccolò Machiavelli
- On the Babylonian Captivity of the Church, Martin Luther
- Gargantua y Pantagruel, François Rabelais
- Institutes of the Christian Religion, John Calvin
- La revolución de la órbita celeste, Nicolaus Copernicus
- Ensayos, Michel Eyquem de Montaigne
- Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes
- La armonía del mundo, Johannes Kepler
- Novum Organum, Francis Bacon
- The First Folio [Works], William Shakespeare
- Dialogue Concerning Two New Chief World Systems, Galileo Galilei
- Discurso del método, René Descartes
- Leviathan, Thomas Hobbes
- Works, Gottfried Wilhelm Leibniz
- Pensées, Blaise Pascal
- Etica, Baruch de Spinoza
- Pilgrim's Progress, John Bunyan
- Mathematical Principles of Natural Philosophy, Isaac Newton
- Essay Concerning Human Understanding, John Locke
- The Principles of Human Knowledge, George Berkeley
- The New Science, Giambattista Vico
- A Treatise of Human Nature, David Hume
- The Encyclopedia, Denis Diderot, ed.
- A Dictionary of the English Language, Samuel Johnson
- El cándido, François-Marie de Voltaire
- Common Sense, Thomas Paine
- An Enquiry Into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, Adam Smith
- The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, Edward Gibbon
- Critique of Pure Reason, Immanuel Kant
- Confessions, Jean-Jacques Rousseau
- Reflections on the Revolution in France, Edmund Burke
- Vindication of the Rights of Women, Mary Wollstonecraft
- An Enquiry Concerning Political Justice, William Godwin
- An Essay on the Principle of Population, Thomas Robert Malthus
- Phenomenology of Spirit, George Wilhelm Friedrich Hegel
- The World as Will and Idea, Arthur Schopenhauer
- Course in the Positivist Philosophy, Auguste Comte
- On War, Carl Marie von Clausewitz
- Either/Or, Søren Kierkegaard
- El manifiesto comunista, Karl Marx y Friedrich Engels
- "Civil Disobedience," Henry David Thoreau
- El origen de las especies, Charles Darwin
- On Liberty, John Stuart Mill
- First Principles, Herbert Spencer
- "Experiments with Plant Hybrids," Gregor Mendel
- Guerra y paz, Leo Tolstoy
- Treatise on Electricity and Magnetism, James Clerk Maxwell
- Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche
- La interpretación de los sueños, Sigmund Freud
- Pragmatismo, William James
- Relatividad, Albert Einstein
- Mente y sociedad, Vilfredo Pareto
- Psychological Types, Carl Gustav Jung
- I and Thou, Martin Buber
- El proceso, Franz Kafka
- The Logic of Scientific Discovery, Karl Popper
- Tería general de empleo, interés y dinero, John Maynard Keynes
- Being and Nothingness, Jean-Paul Sartre
- The Road to Serfdom, Friedrich von Hayek
- El segundo sexo, Simone de Beauvoir
- Cybernetics, Norbert Wiener
- 1984, George Orwell
- Beelzebub's Tales to His Grandson, George Ivanovitch Gurdjieff
- Philosophical Investigations, Ludwig Wittgenstein
- Syntactic Structures, Noam Chomsky
- The Structure of Scientific Revolutions, T. S. Kuhn
- The Feminine Mystique, Betty Friedan
- Quotations from Chairman Mao Tse-tung [The Little Red Book], Mao Zedong
- Beyond Freedom and Dignity, B. F. Skinner
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El juez de distrito Alan Gold ordenó al Condado de Miami Dade en la Florida a mantener en sus bibliotecas el libro Vamos a Cuba. La demanda fue incoada por la Unión Americana Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) luego que la junta escolar del condado censurara el libro por contener imágenes de niños sonreídos en Cuba. Según la información publicada en los medios de comunicación, un padre se quejó del libro porque el mismo, supuestamente, enseña una Cuba idealizada. Juan Amador indicó que el libro "muestra una Cuba que no existe y omite un montón de hechos". "Ese tipo de libro no debería estar accesible a nuestros niños", indicó. En respuesta a la queja del padre, la Junta Escolar prohibió el libro y los otros 24 títulos que componen la serie que abordan las diferentes culturas alrededor del mundo.
En su demanda, la ACLU indica que "aunque entiende que el título puede ser ofensivo para algunos miembros de la comunidad, la respuesta no es la censura, sino la inclusión de otros títulos con diferentes puntos de vista".
El distrito posee sólo 49 ejemplares del libro y deberán estar en las bibliotecas para finales de este mes.
Juez ordena a las Bibliotecas de Miami a mantener libro sobre Cuba en sus estantes
El juez de distrito Alan Gold ordenó al Condado de Miami Dade en la Florida a mantener en sus bibliotecas el libro Vamos a Cuba. La demanda fue incoada por la Unión Americana Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) luego que la junta escolar del condado censurara el libro por contener imágenes de niños sonreídos en Cuba. Según la información publicada en los medios de comunicación, un padre se quejó del libro porque el mismo, supuestamente, enseña una Cuba idealizada. Juan Amador indicó que el libro "muestra una Cuba que no existe y omite un montón de hechos". "Ese tipo de libro no debería estar accesible a nuestros niños", indicó. En respuesta a la queja del padre, la Junta Escolar prohibió el libro y los otros 24 títulos que componen la serie que abordan las diferentes culturas alrededor del mundo.
En su demanda, la ACLU indica que "aunque entiende que el título puede ser ofensivo para algunos miembros de la comunidad, la respuesta no es la censura, sino la inclusión de otros títulos con diferentes puntos de vista".
El distrito posee sólo 49 ejemplares del libro y deberán estar en las bibliotecas para finales de este mes.
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