La clienta siempre visita la misma farmacia. A través de estrechos pasillos atestados de medicamentos, champú, materiales escolares, prendas de fantasía y figurines llega hasta el recetario para buscar sus mediacamentos de rigor. En la esquina está, como esperándola, la misma máquina desde hace ocho años. La clienta sabe que esa maldita máquina pocas veces le da buenas noticias. La mira con desdén, pero la máquina la seduce con su voz.
PRIMER ACTO ESCENA 1
PRIMER ACTO ESCENA 1
MAQUINA: Bienvenidos, no se mueva….
CLIENTA: [Abre su cartera con desesperación. Rebusca todas las esquinas por una moneda de 25 centavos. Su cara se transforma ya que sólo encuentra viejos recibos y algunas monedas de un centavo. No se rinde. Sabe que allí tiene que tener una peseta. Por fin la encuentra. Se relaja un poco.]
MAQUINA: Bienvenidos, no se mueva....
CLIENTA: [Se despoja del exceso de ropa. Coloca su cartera en una mesa cercana. Se saca las llaves de su pantalón y se quita los zapatos. Se tensa nuevamente. Suspira y se posa sobre la máquina.]
MAQUINA: Bienvenidos, no se mueva... [A clienta le sudan las manos...] ...Su peso exacto es....
CLIENTA: [Abre los ojos incrédula ante los tres dígitos que le presentan. Se restrega los ojos. Su cara en una mueca, incrédula.]
MAQUINA: Y su fortuna es....
[La clienta recoje su cartera de mala gana, sale despavorida de la farmacia, olvida sus medicamentos y escuchar su buena fortuna. Lo que vio ya la perturbó la noche. Llega a su casa y se acuesta sin cenar.]
BAJA EL TELON